martes, 7 de julio de 2015

Dar pecho ¿tiene ventajas?

SOBRE LAS VENTAJAS DE DAR PECHO, ¿TIENE VENTAJAS?
Alicia Leo, Líder de LLLMéx. Julio 2014
Dedicado a “Dudas de la Lactancia”

Basado en el artículo “Cuidado con lo que dices – Diane Wiessinger”

Publicado en el Journal of Human Lactation, Vol. 12, No. 1, 1996

¿Quién no ha escuchado hablar de las *ventajas de dar pecho*? Todos,  incluyendo a los fabricantes de leche artificial; hasta en las etiquetas dicen cosas como: *la lactancia materna es lo mejor*
Las *ventajas* enumeradas son muchas: la leche materna es el alimento perfecto, la lactancia es lo ideal, lo óptimo, contiene todos los nutrientes que el bebé necesita, siempre está disponible, la madre adelgaza, el útero regresa a su tamaño normal, forma un lazo insuperable y un sinfín de cualidades más.

Si una madre lee -en la misma etiqueta de la lata- que la lactancia es lo mejor, y sabe toda esta información, ¿por qué da biberón? ¿Acaso no quiere todo eso para su bebé?
Pensaríamos que esta madre alimentó con fórmula porque tuvo problemas con la lactancia y no tuvo el apoyo necesario. Sin embargo, la respuesta puede ser más sencilla pero más oculta: tal vez sea cuestión de lenguaje.

Por una parte, ¿Quién tiene una vida *ideal* y hace todo de manera  óptima y perfecta? Nadie. Esos son objetivos inalcanzables. La cuestión es que esto lo sabe perfectamente nuestro inconsciente, reforzado  precisamente por los anuncios de las compañías de leche. Así que si una madre tiene problemas con la lactancia, y está a su alcance una lata de fórmula, lo más sencillo es dar biberón porque de antemano sabe que es imposible hacer lo ideal o perfecto.

Por otro lado, *dar pecho hace que la madre adelgace y el útero regrese a su tamaño normal*: entonces, si una madre da fórmula, ¿no adelgaza y su útero no regresa a su tamaño normal? Esta mentira no la creemos, pero tampoco la racionalizamos. La lactancia forma un lazo único, insuperable. Entonces, las madres que alimentaron con fórmula, ¿están condenadas a estar distanciadas de sus hijos? Por supuesto que no. Atención amorosa, abrazos, masajes infantiles que haga la mamá, juegos convivencia…las madres sabemos sanar, por instinto.

Entonces, ¿qué que sucede? La respuesta es que LA LACTANCIA MATERNA ES LO NORMAL. No es lo perfecto ni lo ideal. Posiblemente todas sabemos hacer algo especial, pero no lo hacemos todos los días, -sin pensar siquiera que sea ideal o perfecto- ¿Quién hace a diario todo especial? Nadie. Llevamos una vida normal.

¿Cuál sería el impacto si en las latas de leche dijeran: *La lactancia materna es normal; dar fórmula es anormal*? O bien *Dar pecho es normal, dar fórmula acarrea más problemas de salud* Pienso que la misma madre buscaría inmediatamente como solucionar el problema de su lactancia. A ninguna madre nos gusta hacer cosas anormales, como preparar comida de baja calidad, por ejemplo ¿estamos de acuerdo? Incluso si hacemos algo especial, cualquier cosa, nos llevará más tiempo y cuidado…pero ideal y perfecto…no es posible… lo posible es esta lata de leche.

Entonces, la información inconsciente que tenemos es que la lactancia es imposible –al menos difícil- pero dar biberón está al alcance, es fácil  y, además, es *normal*, puesto que vemos socialmente que muchas madres lo hacen y no pasa nada. Además, la lactancia está llena de trabas impuestas –y falsas- tales como preparar un rincón *especial* para amamantar, un brasier *especial* para lactar,  un cojín *especial*para acomodarse al bebé,  descubrirse el pecho frente a otros y ¡hasta impedir que el padre participe en la alimentación del bebé¡ ¿Cuál mamífero macho participa en la alimentación de sus crías?

La OMS recomienda: 1) Lactancia materna 2) Leche extraída de la madre y administrada al hijo 3) Leche de otra madre y 4) Leche de fórmula.

Ante cualquier problema de lactancia, -o peor aún, sin información alguna-, las madres pueden optar por la fórmula que, como vemos, es la última solución, la de 4ª categoría. Si no se puede la opción uno, lactancia normal, la madre brinca a la 4ª Esto sucede porque es equivocada la información de la lactancia y porque no hay bancos de leche humana.

Si un paciente necesita sangre, lo normal es que reciba sangre de otro ser humano. De hecho, en los hospitales se piden donadores -aunque el paciente no vaya a recibir esa misma- ya que se necesita para abastecer el banco de sangre. No sucede esto con la leche materna. Es muy posible que si las compañías encontraran la manera de fabricar sangre, sucedería lo mismo, al anunciar que la sangre donada es ideal y perfecta,  y poner en venta  la sangre artificial a la mano,  aún con el aviso de que *es mejor la donada*. El dinero puede hacer muchas cosas,  no siempre a favor de las madres lactantes. Las ganancias económicas de las compañías fabricantes de leches, son inmediatas pero en detrimento de la salud de los niños, a corto, mediano y largo plazo

Las madres lactantes y las compañías de leche artificial usamos el mismo lenguaje y ahí está el error o confusión del que, por cierto, salen ganando las fabricantes,  nosotras no.  Además, el negocio es mundial, estamos hablando de quienes tiene todos los recursos y estrategias para vender.
En realidad, la lactancia es lo normal y la leche artificial acarrea problemas de salud. Esto no les conviene poner en las etiquetas.

Pero viene otro grave problema.  Muchas madres que no dieron pecho, terminan con un sentimiento de culpabilidad, a veces, casi insuperable. Es muy buena oportunidad para aclarar que ellas no tienen la culpa. La culpa radica en un sistema social consumista que trata de cubrir los mismos errores que provoca.

Es necesario que las madres nos demos cuenta de esta situación, que busquemos apoyo, información, que sepamos que la lactancia ES NORMAL Y NO TIENE VENTAJAS, QUE DAR FÓRMULA TIENE DESVENTAJAS, que luchemos por la formación de bancos de leche  y, muy importante, que aquéllas madres que alimentaron con biberón, se reconcilien con sus sentimientos de buenas madres y dejen de culpabilizarse. Todos hacemos lo mejor que podemos con las herramientas que tenemos en el momento.

Las madres que dieron biberón no necesitan sentirse culpables, no lo son, mucho menos deben ser señaladas por quienes sí dieron; fueron diferentes las circunstancias y no aman menos a sus hijos que las que sí dieron.


Aquí lo que se necesita es el apoyo e información para dar pecho, saber que la lactancia es lo normal e informar de las desventajas de las fórmulas, formar bancos de leche y  arroparnos todas como madres, en cualquier circunstancia y sin sentirse culpables y mucho menos, señalar o culpabilizar.  

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