SOBRE LAS VENTAJAS DE DAR PECHO,
¿TIENE VENTAJAS?
Alicia Leo,
Líder de LLLMéx. Julio 2014
Dedicado a
“Dudas de la Lactancia”
Basado en el artículo “Cuidado con lo que dices – Diane
Wiessinger”
Publicado en el Journal of Human Lactation,
Vol. 12, No. 1, 1996
¿Quién no ha
escuchado hablar de las *ventajas de dar pecho*? Todos, incluyendo a los fabricantes de leche
artificial; hasta en las etiquetas dicen cosas como: *la lactancia materna es
lo mejor*
Las *ventajas*
enumeradas son muchas: la leche materna es el alimento perfecto, la lactancia
es lo ideal, lo óptimo, contiene todos los nutrientes que el bebé necesita,
siempre está disponible, la madre adelgaza, el útero regresa a su tamaño normal,
forma un lazo insuperable y un sinfín de cualidades más.
Si una madre lee
-en la misma etiqueta de la lata- que la lactancia es lo mejor, y sabe toda
esta información, ¿por qué da biberón? ¿Acaso no quiere todo eso para su bebé?
Pensaríamos que
esta madre alimentó con fórmula porque tuvo problemas con la lactancia y no
tuvo el apoyo necesario. Sin embargo, la respuesta puede ser más sencilla pero
más oculta: tal vez sea cuestión de lenguaje.
Por una parte, ¿Quién
tiene una vida *ideal* y hace todo de manera
óptima y perfecta? Nadie. Esos son objetivos inalcanzables. La cuestión
es que esto lo sabe perfectamente nuestro inconsciente, reforzado precisamente por los anuncios de las
compañías de leche. Así que si una madre tiene problemas con la lactancia, y
está a su alcance una lata de fórmula, lo más sencillo es dar biberón porque de
antemano sabe que es imposible hacer lo ideal o perfecto.
Por otro lado,
*dar pecho hace que la madre adelgace y el útero regrese a su tamaño normal*: entonces,
si una madre da fórmula, ¿no adelgaza y su útero no regresa a su tamaño normal?
Esta mentira no la creemos, pero tampoco la racionalizamos. La lactancia forma
un lazo único, insuperable. Entonces, las madres que alimentaron con fórmula,
¿están condenadas a estar distanciadas de sus hijos? Por supuesto que no.
Atención amorosa, abrazos, masajes infantiles que haga la mamá, juegos
convivencia…las madres sabemos sanar, por instinto.
Entonces, ¿qué que
sucede? La respuesta es que LA LACTANCIA
MATERNA ES LO NORMAL. No es lo
perfecto ni lo ideal. Posiblemente todas sabemos hacer algo especial, pero
no lo hacemos todos los días, -sin pensar siquiera que sea ideal o perfecto- ¿Quién
hace a diario todo especial? Nadie. Llevamos una vida normal.
¿Cuál sería el
impacto si en las latas de leche dijeran: *La lactancia materna es normal; dar fórmula
es anormal*? O bien *Dar pecho es normal, dar fórmula acarrea más problemas de
salud* Pienso que la misma madre buscaría inmediatamente como solucionar el
problema de su lactancia. A ninguna madre nos gusta hacer cosas anormales, como
preparar comida de baja calidad, por ejemplo ¿estamos de acuerdo? Incluso si
hacemos algo especial, cualquier cosa, nos llevará más tiempo y cuidado…pero
ideal y perfecto…no es posible… lo posible es esta lata de leche.
Entonces, la
información inconsciente que tenemos es que la lactancia es imposible –al menos
difícil- pero dar biberón está al alcance, es fácil y, además, es *normal*, puesto que vemos
socialmente que muchas madres lo hacen y no pasa nada. Además, la lactancia
está llena de trabas impuestas –y falsas- tales como preparar un rincón *especial*
para amamantar, un brasier *especial* para lactar, un cojín *especial*para acomodarse al bebé, descubrirse el pecho frente a otros y ¡hasta
impedir que el padre participe en la alimentación del bebé¡ ¿Cuál mamífero
macho participa en la alimentación de sus crías?
La OMS
recomienda: 1) Lactancia materna 2) Leche extraída de la madre y administrada
al hijo 3) Leche de otra madre y 4) Leche de fórmula.
Ante cualquier
problema de lactancia, -o peor aún, sin información alguna-, las madres pueden
optar por la fórmula que, como vemos, es la última solución, la de 4ª
categoría. Si no se puede la opción uno, lactancia normal, la madre brinca a la
4ª Esto sucede porque es equivocada la información de la lactancia y porque no
hay bancos de leche humana.
Si un paciente
necesita sangre, lo normal es que reciba sangre de otro ser humano. De hecho,
en los hospitales se piden donadores -aunque el paciente no vaya a recibir esa
misma- ya que se necesita para abastecer el banco de sangre. No sucede esto con
la leche materna. Es muy posible que si las compañías encontraran la manera de
fabricar sangre, sucedería lo mismo, al anunciar que la sangre donada es ideal
y perfecta, y poner en venta la sangre artificial a la mano, aún con el aviso de que *es mejor la donada*.
El dinero puede hacer muchas cosas, no
siempre a favor de las madres lactantes. Las ganancias económicas de las
compañías fabricantes de leches, son inmediatas pero en detrimento de la salud
de los niños, a corto, mediano y largo plazo
Las madres
lactantes y las compañías de leche artificial usamos el mismo lenguaje y ahí
está el error o confusión del que, por cierto, salen ganando las
fabricantes, nosotras no. Además, el negocio es mundial, estamos
hablando de quienes tiene todos los recursos y estrategias para vender.
En realidad, la
lactancia es lo normal y la leche artificial acarrea problemas de salud. Esto
no les conviene poner en las etiquetas.
Pero viene otro
grave problema. Muchas madres que no
dieron pecho, terminan con un sentimiento de culpabilidad, a veces, casi insuperable.
Es muy buena oportunidad para aclarar que ellas no tienen la culpa. La culpa
radica en un sistema social consumista que trata de cubrir los mismos errores
que provoca.
Es necesario que
las madres nos demos cuenta de esta situación, que busquemos apoyo,
información, que sepamos que la lactancia ES NORMAL Y NO TIENE VENTAJAS, QUE
DAR FÓRMULA TIENE DESVENTAJAS, que luchemos por la formación de bancos de leche
y, muy importante, que aquéllas madres
que alimentaron con biberón, se reconcilien con sus sentimientos de buenas
madres y dejen de culpabilizarse. Todos hacemos lo mejor que podemos con las
herramientas que tenemos en el momento.
Las madres que
dieron biberón no necesitan sentirse culpables, no lo son, mucho menos deben
ser señaladas por quienes sí dieron; fueron diferentes las circunstancias y no
aman menos a sus hijos que las que sí dieron.
Aquí lo que se
necesita es el apoyo e información para dar pecho, saber que la lactancia es lo
normal e informar de las desventajas de las fórmulas, formar bancos de leche y arroparnos todas como madres, en cualquier
circunstancia y sin sentirse culpables y mucho menos, señalar o culpabilizar.
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