martes, 7 de julio de 2015

13 consejos para que fracase la lactancia

Nueve meses soñando con el momento mágico de tener a tu bebé en brazos, quieres amamantarlo porque sabes que es el mejor alimento para él y quieres experimentar
eso de la lactancia. Pero eso de la lactancia pude ser un éxito o un rotundo fracaso, físico y emocional, en función de diferentes factores que tienen que ver tanto con los conocimientos y actitud de la madre, como con aspectos externos, médicos y sociales.
Aquí exponemos trece consejos infalibles para que FRACASE tu lactancia materna y lo mejor es que no es necesario cumplirlos todos para que funcionen sino que simplemente con seguir la inercia social, cualquiera de ellos puede hacer que tus sueños e intenciones iniciales se esfumen si no estás preparada para repelerlos.
Así se fabrica un sociedad des-tetada que, como en la foto, tiene tatuada un biberón en la piel:
  
1. No te informes sobre el tema

Es importante informarse sobre el destino de vacaciones, modelo de coche, marca de cosmética y cualquier aspecto de nuestra sociedad tecnológica, pero sobre cómo amamantar a tus hijos, posturas para evitar grietas y asegurar una buena toma, qué es la lactancia a demanda, cómo son los ciclos de sueño de los lactantes, cuáles son las necesidades de los bebés mamíferos, etc. ¡no por Dios, ...eso se debe llevar en los genes...

2. Delega las decisiones en 1 solo profesional y nos busques ayudas ni apoyos
Si el pediatra/enfermera/farmaceútico u otro profesional te dice que hay que complementar con biberones o cambiar a lactancia artificial porque el bebé no gana peso, tienes poca leche, mastitis, etc. ACATA su decisión sin cuestionarla aunque tu no quieras eso.
Para operarte la rodilla, la nariz, elegir un vestido o restaurante, reparar el coche en el mecánico CONTRASTAMOS criterios, pedimos una 2ª y 3ª y 10ª opinión, buscamos a los verdaderos expertos y guías que nos informen bien, pero en la lactancia juégatela a una ficha y no busques ayuda y asesoramiento en los grupos de apoyo a la lactancia.

3. No te esfuerces
En este sociedad materialista y consumista, el esfuerzo se deja para el trabajo fuera de casa donde está bien visto sudar más de 10 horas, para adelgazar o castigarse en el gimnasio, para escalar una montaña el fin de semana, pero ¿esforzarnos para superar las dificultades que podría suponer la crianza de un bebé o entregarnos a ello? ¿Dónde se ha visto que dediquemos energía y tiempo a algo INVISIBLE, no remunerado, infravalorado y que se considera innecesario?
Lo intangible, los cuidados a las personas no tienen valor en el mercado…

4. Déjate influenciar por la publicidad y los medios de comunicación
Los juguetes, la publicidad, las campañas estatales de conciliación y todo el inconsciente colectivo del último medio siglo potencian, presiona y reproduce la cultura del biberón que genera beneficios millonarios y dependencia de las familias. Amamantar es un acto relegado a los libros de anatomía con la puntilla de “y cuando no se puede, …”

5. Considera que eres imperfecta
Pero si les pasa a casi todas las mujeres: tu madre no pudo amamantar (razón indefinida), tu hermana no tenía leche o era aguada, a tu abuela se le cortó la leche por un susto, tu vecina tenía unas grietas inhumanas, tu compañera de trabajo tenía pezones invertidos, fue imposible y además se le juntó conla depre …
Efectivamente más del 70% de las madres tienen un grave defecto de fábrica que la ciencia no ha explicado. Es increíble que la humanidad haya sobrevivido hasta hoy con lactancia exclusiva durante millones de años sin existir Nestlé y cía, increíble…
Al parecer la Naturaleza es una chapucera, además de misógina, porque el 99’999999% de los corazones, hígados, riñones y penes funcionan pero los pechos femeninos sólo generan problemas, dolor, amargura y culpa cuando se pretenden usar fisiológicamente y no para hacer topless en la playa u otros usos eróticos.
Si hubiera oficinas para demandarla…

6. Pretende usar todos los artilugios que te han regalado
Son super chulos: biberones, limpia biberones, esterilizadores, tetinas antireflujo y poli-funciones, muestras de leche hipervitaminadas, termos, bolsos de diseño para meter todo eso, …
Como dicen que hay que invertir más de 6.000 euros el primer año de vida de un bebé, tenemos muchos artilugios que normalmente nos regalan y nos da mucha pena no usarlos. Es de desagradecidas y ya que los tenemos tan a mano…
En cambio, la lactancia es AUSTERA, poco glamourosa y no necesita accesorios que nos permitan proyectar inconscientemente en el consumo todo lo que no damos piel con piel.

7. Opta por separarte de tu bebé desde que nace
Tenemos vidas con agendas apretadas e incompatibles con la presencia de un bebé y éste no las puede alterar sino que se debe adaptar. Queremos volver a la “normalidad” cuanto antes, como si nada hubiera pasado, porque para nuestra sociedad, parir es una actividad más a encajar con todo lo demás, pero no una vivencia trascendental en si misma que nos podamos permitir vivir en toda su intensidad. Por eso algunas ministran vuelven a trabajar a los 5 días de la cesárea…
Además, cualquier otra persona puede alimentar y cuidar a un bebé. En cambio, la lactancia obliga a tener a tu hijo siempre cerca de ti como si fuéramos canguras.

8. Cree que la lactancia es incompatible con el trabajo
Esto lo sabe todo el mundo, como la OMS recomienda 6 meses de lactancia exclusiva (y hasta mínimo los 2 años complementaria) pero la baja de maternidad remunerada en España es de menos de 4 meses, por matemática pura hay que destetar a los bebés a los 3 meses para que se acostumbren. La vida es dura para todos y cuando antes lo sepan, mejor…
Como cumplimos el punto 1 de no estar bien informadas, no sabemos que lactancia y trabajo externo es perfectamente compatible extrayéndonos leche (si queremos) o con lactancia mixta, o después de los 6 meses con alimentación complementaria.
El resto de las madres no occidentales del planeta pueden trabajar y criar, y durante toda la historia así ha sido, pero ellas no son nada progres y no están liberadas, claro… El sistema neoliberal y nuestros horarios y espacios de trabajo son el summum de la calidad de vida de las mujeres…

9. Se igualitaria al 100% y defiende que el padre alimente a su bebé
Faltaba más, más de 100 años de luchas para alejarnos del yugo doméstico y ser iguales que los hombres en todo para ahora optar por esta DISCRIMINACIÓN NATURAL y usar nuestros pechos nosotras solas, dejando a los excluidos papis sin nada que hacer en la crianza de sus hijos.

10. Piensa exclusivamente en el bebé y no en ti misma
Considera que la lactancia es un SACRIFICIO que debemos hacer por todas las defensas inmunológicas al bebé y un acto de altruismo y no pienses en ti, en tu salud, tu placer y tu poder.
A más mártires nos sintamos, menos dura la lactancia…

11. Percibe la lactancia como antifeminista
Las campañas prolactancia son neomachistas y retrógadas porque buscan que la mujer vuelva a la opresión patriarcal y sacarla del mundo laboral externo.
Amamantar, centrar tu energía, tu talento y tu tiempo en la crianza de tus hijos es realmente retroceder y un flaco favor al colectivo de las mujeres obreras del mundo.
Pensando esto, no aguantas ni el calostro…

12. Ten prejuicios
La lactancia es cosa de gitanas y de mujeres africanas de esas que llevan a sus hijos en una tela encima todo el día. Las pobres no pueden comprar un Bugaboo de 1.100 euros ni leche enriquecida con probióticos.
La lactancia nos acerca a las VACAS, un animal, un ser inferior y des-intelectualizado que hace las cosas por instinto (algo terrible) y no por decisión personal.

13. Se conformista y sumisa con la cultura dominante
Es lo que hay, sólo el 30% de las madres en España llegan a los 6 meses de lactancia exclusiva. La mayoría de familias son usuarias de leche artificial más allá de los primeros meses y casi todas después del primer año.
Dar el biberón es lo “normal”, más fácil, lo que todo el mundo sabe usar y prescribir.
Ir contracorriente, en este y cualquier aspecto, es incómodo, nos obliga a informarnos y contradecir en muchas ocasiones a quienes nos rodean, figuras de autoridad incluidas.

¿Merece la pena ser una madre insumisa y sortear obstáculos?
Todo esto es, con ironía o sin ella, la realidad cotidiana.
Vivimos inmersos en una cultura del biberón desde los años 50 en que se rompió -rompieron- la cadena de trasmisión natural de la lactancia y crianza con apego y ya no tenemos una referencia social de cómo amamantar y criar un bebé lejos de la industria, y si queremos optar por la lactancia materna nos movemos en terreno resbaladizo.
A no ser que la lactancia funcione plácidamente desde el principio, lo que también ocurre, cualquiera de los 13 puntos mencionados pueden hacer fracasar nuestro deseo de amamantar.
La opción RESPETABLE de no amamantar no se encuentra con ningún problema de manejo, el Sistema funciona para ello a todos los niveles, pero a la opción de amamantar y/o dedicar más tiempo a la crianza de lo establecido se le presentan numerosos frenos.
Afortunadamente hay ANTÍDOTOS: decisión personal firme y actitud proactiva, información seria, buenos profesionales y grupos de apoyo de madres.
Y no se trata de sentirnos culpables y desmoralizarnos cuando hemos hecho lo que hemos podido y sabido según nuestras circunstancias y momento personal, sino de mirar por encima de los árboles y reflexionar a nivel colectivo, porque no alimentar a la especie humana con leche humana es un problema de supervivencia y de salud holística mucho mayor de lo que creemos.
Buscar y solucionar los motivos por los que tantas mujeres lo intentan pero no consiguen amamantar el tiempo que quisieran, no es ser enemigo de las madres sino tratar de que las siguientes lo tengan más fácil en el futuro.

PUBLICADO EN EL BLOG ALTERNATIVO
Tomado de "Amamanta con Estilo"

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