martes, 7 de julio de 2015

Resolución de intolerancia a la lactosa y “cólico” en bebés amamantados

Artículo original en inglés: http://www.health-e-learning.com/articles/Lactose.pdf

Traducción:

Resolución de intolerancia a la lactosa y “cólico”
en bebés amamantados
Robyn Noble & Anne Bovery
Enero 1998
Este trabajo fue presentado en la Conferencia de
ALCA Vic (Melbourne) el 1° de noviembre de 1997

Resumen
La intolerancia primaria a la lactosa puede ocurrir como una anormalidad congénita extremadamente rara en los bebés, ya que la lactosa es crucial para la salud y el desarrollo normal de bebés humanos.
La intolerancia secundaria a la lactosa en bebés ocurre debido a daño en las vellosidades de la mucosa del tracto gastrointestinal y/o por ingesta inadecuada de grasa en las tetadas.

La “sobrecarga” de lactosa puede describir más correctamente esta intolerancia secundaria a la lactosa. La resultante cascada de características clínicas con frecuencia se nombran como “cólico” por profesionales de la salud así como por la comunidad en general.
La identificación de factores causales, seguida por un manejo apropiado proporciona una resolución rápida de los síntomas sin interrumpir la lactancia materna.
Desafortunadamente, mientras que los médicos continúan considerando el exceso de lactosa en bebés amamantados como una condición primaria, las madres comúnmente reciben la indicación de destetar a sus bebés con una formula libre de lactosa o con lactosa hidrolizada. El uso continuo de formulas libres de lactosa puede acarrear un riesgo inaceptable para el desarrollo mental y cognitivo a largo plazo de los bebés.
La evidencia de la investigación que se está acumulando muestra una clara correlación entre el destete temprano con leches infantiles artificiales y morbilidad a corto y largo plazo.
Introducción.
Hace casi diez años se publicaron una cantidad significativa de investigaciones que describen los mecanismos de sobrecarga de lactosa en bebés amamantados, pero no se han difundido ampliamente entre los médicos que trabajan con bebés amamantados y sus madres (1). Woolridge y Fisher describieron un tipo de exceso de lactosa que se debe completamente a tetadas bajas en grasa. Esto puede ocurrir si a los bebés no se les permite amamantar suficiente tiempo en las tetadas, como cuando éstas son reguladas por el reloj, o si las madres necesitan acortar el tiempo de la tetada por dolor.
Los bebés pueden tener dificultades para prenderse y succionar apropiadamente y así no vaciar el pecho lo suficiente para extraer la leche más grasosa que se encuentra al final de la tetada (leche posterior). Las tetadas
bajas en grasa ocasionan un vaciado gástrico rápido, y por lo tanto se sobrecarga la capacidad del intestino delgado para metabolizar la lactosa (1,6)
Desde hace tiempo, los clínicos han sabido que agentes infecciosos, la prematurez y otras condiciones gastrointestinales ocasionan grados variados de insuficiencia en lactasa en los bebés, pero han estado menos conscientes de los alérgenos derivados de la dieta materna o de tetadas suplementarias de formula que también pueden comprometer la suficiencia de lactasa en el bebé (2,3,4,5). Esto ocurre cuando la respuesta alérgica se dirige y daña las vellosidades del tracto gastrointestinal del bebé (7).
El reconocimiento de las causas probables de sobrecarga de lactosa en bebés amamantados proporciona los medios a través de los cuales se logre la resolución de los síntomas y la preservación de la relación de lactancia.
Lactosa: es una molécula de disacáridos compuesta de unidades simples de glucosa y galactosa unidas por un vínculo químico. En su forma disacárida, la lactosa no puede ser digerida por humanos.
La digestión de la lactosa comienza en el intestino delgado donde las vellosidades de la mucosa secretan la enzima lactasa, necesaria para romper el vínculo químico entre las dos unidades simples de azúcar. Debido a que la lactasa se secreta solo a un índice relativamente lento independientemente de los niveles de lactosa que puedan estar presentes), el vaciado gástrico rápido no permite la lenta hidrolización de lactosa equivalente que está programada por la fisiología humana (3)
Lactasa (enzima)
Lactosa (hidrólisis)
Todos los bebés humanos son necesariamente tolerantes a la lactosa con excepción de una extremadamente rara condición congénita. Hay grados variados de intolerancia a la lactosa adquirida como resultado de una insuficiencia de lactasa determinada genéticamente y que ocurre desde la edad de 5 años en aproximadamente el 70% de la población mundial (5).
Por lo tanto, la intolerancia a la lactosa en bebés amamantados aparece solo de manera secundaria bajo cualesquier condiciones que:
(1) ocasionan vaciado gástrico demasiado rápido o
(2) por daño a las vellosidades de la mucosa del intestino delgado (5,6)
Características clínicas de la intolerancia a la lactosa
glucosa
galactosa
Cuando los niveles de lactosa en el lúmen del intestino delgado
exceden la capacidad de la lactasa disponible:
 La flora microbial gastrointestinal fermenta el exceso de lactosa, particularmente en el colon, produciendo gases (dióxido de carbono, hidrógeno y metano) y ácido
 Los productos de fermentación de la lactosa en el colon aumentan la osmolaridad en los contenidos del lúmen, aumentando, por lo tanto, el volumen de agua que debe ser retenido en el mismo.
 Cualquier lactosa no desdoblada que permanece en el colon también indica retención de agua en el mismo.
 El tránsito a través del tracto gastrointestinal se acorta
 Dependiendo de la severidad, el moco en las evacuaciones puede ser evidente debido a la irritación de la mucosa del tracto gastrointestinal (6).
De ahí que, los síntomas presentes cuando hay sobrecarga de lactosa en bebés amamantados son:
 Exceso de flatulencia
 Evacuaciones líquidas, explosivas y frecuentes que pueden ser amarillas o verdes, dependiendo de la severidad
 Cólico (definido en este caso como llanto debido a sobreproducción de gases intestinales)
 Bebé irritable
 Pueden aparecer quemaduras ácidas perianales
 Las evacuaciones pueden contener mucha mucosidad (8)
Otros bebés flatulentos:
Contrario a las creencias populares en la comunidad, nuestra observación es de que el aire que es deglutido por el bebé durante la tetada no tiene ninguna relación clínica con la flatulencia y los síntomas de cólico en el bebé. Esto ha sido notado por otros médicos. (9)
Fermentación de lactosa por
microbios del tracto gastrointestinal
en el colon
Producción de gas (flatulencia)
(CO2,H2,CH4)
Producción de ácido
(quemaduras ácidas perianales)
Evacuaciones líquidas
Osmolaridad aumentada
Evacuaciones líquidas
Tiempo de tránsito más corto en el tracto gastrointestinal evacuaciones verdes
Características clínicas de la sobrecarga de lactosa
El cuadro clínico normal es que los gases intestinales son generados inevitablemente como parte del paso de alimento en el tracto digestivo, pero no en tales volúmenes como para causar molestias significativas al bebé. (5,9)
Hasta las seis semanas de edad, los bebés amamantados exclusivamente pueden tener evacuaciones frecuentes amarillas a través de cada periodo de 24 horas, pero muchas de estas evacuaciones son solo de pequeñas cantidades (unas cuantas cucharaditas). Nuestra recomendación es la de observar que al menos una de las evacuaciones en las 24 horas sea de un volumen bastante sustancial, como media o una taza (“la medida de un puñado es una descripción bastante gráfica con la cual se pueden identificar los padres”). Las evacuaciones no están formadas y con frecuencia tienen un componente bastante líquido. Aunque el color normal de estas evacuaciones es amarillo, una evacuación verde-amarilla poco frecuente también es aceptable (1 o 2 por semana). Después de la primera semana la orina debe ser incolora, aunque es aceptable que su color sea amarillo pálido.
Más allá de las seis semanas de edad, el reflejo anal que previamente estimulaba la actividad peristáltica en cada tetada, disminuye bastante. A partir de ahí, las evacuaciones permanecen amarillas (hasta que se introduzcan otros alimentos) pero la consistencia de la evacuación se vuelve más como crema batida. Es inusual que estas evacuaciones tengan un componente líquido considerable. La frecuencia de las evacuaciones disminuye comúnmente, a una al día más o menos.
Algunos bebés exclusivamente amamantados evacuan cada 3-10 días, por lo que el color generalmente es más bien café claro debido a mayor oxidación por el paso más lento a través del tracto gastrointestinal. Usualmente la orina es incolora. Cuando las excreciones del bebé corresponden a estos criterios, se garantiza el aumento de peso adecuado, y el bebé usualmente estará tranquilo entre tetadas, llorando muy poco, siempre y cuando sus necesidades sean satisfechas prontamente.
(Si el color de la orina parece muy amarillo en relación a una excreción fecal y de orina adecuada, puede estar relacionada con ingesta en la dieta de la madre de alimentos o suplementos vitamínicos de color amarillo oscuro).
“Lo que entra tiene que salir”
Una explicación de que “lo que entra al bebé tiene que salir (por el otro lado)” es una de las más útiles que los médicos pueden dar a los padres. La investigación realizada a nivel mundial ha encontrado repetidamente que una
Moco en las evacuaciones
de las razones principales dadas por las madres para el destete temprano es baja producción de leche percibida (10).
De hecho, hacia los primeros tres meses postparto, las mujeres lactantes comúnmente producen leche hasta de más debido a mecanismo endocrinos que realzan el control autocrino más usual (la oferta es equivalente a la demanda) que opera más allá de estos meses tempranos (11). Dado que mucha energía de los padres se gasta en ansiedad sobre “saber si el bebé recibe suficiente (leche)” y sobre si la madre tiene o no suficiente producción de leche. Los médicos pueden ser una fuerza poderosa en aliviar estas preocupaciones paternas y simultáneamente mejorar los índices de amamantamiento a largo plazo.
Si los padres tienen una idea clara de lo que la excreción normal del bebé debe ser, son capaces de usar estas mismas excreciones de su bebé como herramienta de evaluación. Cuando las excreciones del bebé se equiparan a los criterios previamente descritos, los padres tendrán seguridad diaria de que su bebé seguramente “recibe suficiente alimento” y que esto automáticamente significa que el abastecimiento de leche de la madre es suficiente. Por otro lado, cuando la excreción del bebé no es suficiente o es anormal, los padres tienen una “señal de alarma temprana” para buscar ayuda profesional antes de que los problemas empeoren.
Bebés completamente amamantados, 1-6 semanas de edad:
Excreción normal
Excreción inadecuada
Excreción por sobrecarga de lactosa
Orina
Incolora
Amarillo de claro a oscuro
Amarillo claro / incolora
Evacuaciones
Amarilla sin forma
Componente líquido+
Frecuente/1-3 cucharaditas al menos
½-1 tz. En 24 hrs.
Amarilla o verde
Sin componente líquido
Poco frecuentes/1-3 cucharaditas
Evacuaciones más grandes espaciadas (varios días)
Amarilla o verde
Componente líquido++/+++
Frecuentes / 1-3 cucharaditas
Evacuaciones frecuentes y copiosas / 24 hrs.
Explosivas
Ácidas
Flatulencia
Nada o +
Nada o +
++ / +++
síntomas de “cólico”
El uso de excreciones como herramienta de evaluación
Cuando ignorar una evacuación de color verde:
Se les debe asegurar a los padres que una evacuación verde de vez en cuando por lo general no es significativa. Cuando se acompaña de dolor, puede reflejar algo inusual o excesivo en la alimentación de la madre, incluyendo medicamentos. También es deseable que los padres comprendan que los matices más verdes de evacuaciones recientes significan un tránsito más rápido del alimento a través del tracto gastrointestinal del bebé. Al corregir el problema subyacente, las evacuaciones verdes comienzan a cambiar a color amarillo de manera estable. Ocasionalmente una evacuación pudo haber ocurrido algo de tiempo antes del cambio de pañal. Entre más tiempo pase entre el momento de la evacuación y el cambio de pañal , más verde estará como resultado de los procesos de oxidación. Por lo tanto estas evacuaciones verdes no son un indicador confiable sobre el color de evacuaciones frescas.
El analizar la evacuación buscando azúcares reducidos no se hace en nuestra clínica debido a que la presencia de una sobrecarga de lactosa clínicamente es vista como suficiente indicación de la presencia de los mismos. En cualquier caso, un cierto nivel de azúcares reducidos, normalmente estará presente en las evacuaciones de bebés amamantados sin síntomas, en particular aquellos que tienen menos de seis semanas de edad. (5)
La evaluación de al menos una tetada es un medio importante de establecer la efectividad de la succión del bebé. Asuntos simples como la posición y la manera de prenderse el bebé al pecho con frecuencia son identificados y a las madres se les ayuda. Esto puede ser todo lo que se necesite para resolver la sobrecarga de lactosa, ya que estos pueden en si mismo ser la causa de una reducción significativa de la ingesta de grasa del bebé. (La “manera de prenderse se refiere a la cantidad de tejido de la areola que toma el bebé durante la tetada. ) La “posición” se refiere a la manera en que el cuerpo del bebé es colocado para la tetada”).
Ya que la ingesta de grasa del bebé aumenta de manera estable hacia el final de las tetadas, se puede ver que cualquier problema que reduce la habilidad del bebé para terminar la tetada reducirá su ingesta de grasa (1). Entre más bajas en grasa sean las tetadas, será más rápido el vaciado gástrico. Esto resulta en varios grados de sobrecarga de lactosa.
Los problemas más comunes que pueden reducir la ingesta de grasa por parte del bebé son:
 Tetadas más cortas debido a dolor en pechos y pezones en la madre
 Una colocación inadecuada del bebé al pecho da por resultado tetadas largas con ingesta mínima de leche
 Una posición incorrecta, se traduce en que el bebé tiene dificultad para mantener suficiente tejido de la areola en su boca a lo largo de la tetada
 Horario para las tetadas, por ej., “10 minutos de cada lado, cada cuatro horas”
 Candidiasis oral del bebé
 Problemas de succión, incluyendo confusión de succión debido a experiencias orales del bebé con objetos tales como pezoneras, mamilas y chupones
 Infecciones del bebé
La evaluación de la dieta de la madre es una consideración relevante. Algunas madres tienen ingestas mínimas de grasa y altas de azúcar. Otras madres simplemente están comiendo muy poco o con poca frecuencia porque están tensas o “muy ocupadas”. El desayuno y la comida comúnmente son comidas inadecuadas. También hay madres que restringen su ingesta de grasa severamente para perder rápidamente el peso ganado en el embarazo. Todas estas situaciones son indeseables para las madres así como para sus bebés.
Una ingesta inadecuada de grasa en la dieta materna parece contribuir directamente a la intensidad de los síntomas de sobrecarga de lactosa, dando por resultado niveles menores de grasa y mayores de lactosa en su leche materna (12,12,14).
 proteína + grasa +  carbohidratos complejos +  azucares simples
(dieta materna)
 [lactosa] +  grasa (leche materna)
Resumen del impacto de la dieta de la madre en los
niveles de lactosa en leche materna
Otro aspecto de la dieta materna es el relativo a alimentos en particular, comúnmente los productos de leche de vaca que pueden ocasionar respuestas alérgicas en el bebé (15,16,17). Cuando esta respuesta alérgica se dirige a las
vellosidades de la mucosa del tracto gastrointestinal del bebé, el daño causado a las vellosidades de la mucosa puede en si misma ser la causa de una sobrecarga de lactosa, siendo comprometida directamente la producción de lactasa (18). En algunos de nuestros casos, la ingesta materna del alimento ofensor ha sido mínima, pero la sensibilidad del bebé ha sido extrema. También hemos notado que esta forma de sobrecarga de lactosa con frecuencia comienza a manifestarse algunas semanas después del parto, y empeorando progresivamente mientras el alérgeno permanezca en la dieta de la madre. No es inusual que estos bebés presenten sangre en sus evacuaciones (estas evacuaciones pueden ser color naranja brillante, otros tienen componentes rojos o rosados obvios o pueden ser de color negro). Una vez que el alérgeno es retirado de la dieta de la madre, los síntomas comienzas a disminuir en los siguientes días, pero la curación completa del daño del tracto gastrointestinal puede durar hasta seis semanas y los síntomas pueden persistir a niveles menores de intensidad durante varias de estas semanas. Otros han reportado casos similares (19,20,21,22).
El manejo exitoso de la sobrecarga de lactosa depende de la identificación y corrección de la causa subyacente. La intervención de una consultora de lactancia puede ser crucial en este proceso.
 Si la ingesta de grasa del bebé es el corazón del problema, la investigación de Woolridge y Fisher se resume como:
“Termina el primer pecho primero” (1)
Esto puede significar simplemente permitir que el bebé esté más tiempo amamantando del primer pecho antes de cambiarlo al otro. Se debe permitir al bebé succionar del pecho hasta que se desprenda solo del pecho, en lugar de imponerle un régimen rígido. Un bebé que succiona de manera eficiente está a cargo de la producción de leche de su madre y de sus necesidades calóricas (16). La mayoría de los bebés de menos de seis semanas pueden tomar hasta 40-60 minutos para completar una tetada, incluyendo los periodos de descanso entre flujos de leche sucesivos (reflejo de expulsión), cambio de pañal y algunas agradables interacciones madre-bebé.
Para “terminar el primer pecho primero”, algunos bebés tendrán que ser puestos en ese mismo pecho de nuevo (1-3- veces) antes de que se les ofrezca el segundo pecho. En casos ocasionales, los síntomas solo disminuirán cuando sólo se usa un pecho por tetada. (Esto significa que se pone al bebé en el mismo pecho hasta que esté saciado. Si desea “postre” en la siguiente hora de haber terminado la tetada, se le regresa al mismo pecho).
Cuando un bebé no succiona efectivamente, las tetadas pueden convertirse en maratones interminables con un bebé que nunca/raramente se desprende del pecho.. Estos “succionadores de todo el día” nunca llegan al final de la tetada – no se desprenden del pecho porque saben que no han acabado. Estos bebés simplemente necesitan ser colocados y estar prendidos de manera óptima para ser amamantados –otros necesitan intervenciones como suplementar después
de periodos más cortos al pecho, de preferencia con la leche de la propia madre para que su producción se mantenga fácilmente.
Hemos mostrado que los biberones y mamilas pueden ser usados para suplementar a estos bebés y gradualmente mejorar su competencia al pecho solo si las mamilas son largas y redondas. En Australia, las únicas disponibles con una velocidad de flujo apropiada para bebés muy pequeños son las mamilas para recién nacido (redondas, no “ortodóncicas”)—nuestra preferencia es por látex en lugar de mamilas de silicón debido a consideraciones de retroalimentación oral sensorial del infante. Nuestra experiencia es que cuando los bebés se acostumbran a alimentarse con la punta de la mamila estimulando la zona donde se juntan entre los paladares duro y suave, se espera que más del 90% de los bebés resuelvan sus dificultades con la lactancia materna entre 1-6 semanas (23).
Cuando la dieta de la madre contribuye a una sobrecarga de lactosa, las madres deben recibir orientación con ejemplos específicos sobre los cambios que tal vez tenga que realizar y el por que.
Por ejemplo, cuando la dieta de la madre tiene muy poca grasa y muchos azúcares simples:
Cuando es necesario excluir productos lácteos de la dieta materna:
En lugar de:
Sustituir:
Cereal con leche de vaca
Agua, leche de arroz, jugo de fruta diluido, leche de soya y comer un pan tostado con huevo, sardinas, atún, jamón, etc.
Queso, yogurt
Carnes, pollo, paté, mezclas de nueces, mariscos
Mantequilla
Margarina sin derivados lácteos
Cocina italiana o francesa
Carne, pollo, pescado asado, comida
En lugar de:
Sustituto:
100% jugo de frutas, refresco o bebida alcohólica
Agua, jugo de frutas diluido, te y café con moderación
Mucha fruta fresca o seca
1-2 piezas de fruta fresca y verduras
Miel (de cualquier tipo), mermelada
Pescado, carne, queso, huevo, crema de cacahuate, sardinas, atún, pollo o pavo.
Paletas, chocolates, panes, pasteles, postres
Mezcla de nueces y semillas, sandwiches de carne, pollo, huevo
Papas, galletas integrales
Sándwich para cenar
Porción de carne, pollo, pescado, con pan con mantequilla y bastante ensalada con aderezo de aceite.
tipo oriental
Nieve, pastel de queso, flan
Postres a base de fruta congelada, helados de frutas, panes sin leche de vaca puede ser con leche de soya
Salsas blancas con leche de vaca
Salsas hechas con maicena, leche de coco, de arroz o de soya
Nota: La proteína de soya es tan potencialmente alergénica como la proteína de leche de vaca, de manera que se recomienda usar solo pequeñas cantidades, menos de una taza al día (24,25,26). La leche de cabra es considerablemente menos probable que incite respuestas alérgicas, pero generalmente no es aceptable para la mayoría de los adultos porque tiene un sabor muy fuerte.
En nuestra experiencia, es extremadamente inusual que una alergia alimentaría requiera la eliminación de más de un tipo de alimento de la dieta de la madre. (Estas madres deben ser derivadas a un especialista en nutrición). Es deseable que las madres tengan la menor restricción dietética posible, no solamente por lo inconveniente que puede ser para ellas, sino también porque restricciones alimentarias innecesarias llevan el riesgo de generar más alergias alimentarias (27). Esto puede pasar si reglas básicas de sentido común no son tomadas en cuenta.
1. Consume una gran variedad de alimentos en tu dieta
2. Come todo con moderación
¿Por que debe ser evitado el destete?
Los médicos con frecuencia indican el destete de bebés amamantados que presentan síntomas de intolerancia a la lactosa ya que la leche humana contiene niveles más altos de lactosa que otras leches. Este abordaje se enfoca erróneamente a la lactosa como la causa de problemas a la vez que descuentan la importancia de la lactosa en particular y de la leche humana en general para los bebés humanos.
La lactosa es un nutriente específico para la infancia, proporciona aproximadamente el 40% de las necesidades energéticas del bebé, facilita la absorción de calcio y hierro, promueve el desarrollo de microflora sana para el tracto gastrointestinal del bebé, la cual desalienta y retarda el crecimiento de patógenos intestinales y tal vez, lo más importante de todo, proporciona la galactosa que se incorpora directamente como galactolípidos en los tejidos del sistema nervioso central. (28)
Considerando la importancia nutricional de la lactosa para bebés humanos y el tiempo considerable durante el cual las formulas libres de lactosa (soya) han sido utilizadas, es increíble que parece no haber investigaciones que exploren
las consecuencias a corto y largo plazo que predeciblemente podrían resultar de la exclusión de la lactosa de las ingestas nutricionales de los bebés (28).
En 1997, un productor de una formula infantil a base de soya produjo un anuncio para proveedores de cuidados de salud declarando que su producto “ayuda a resolver tanto la intolerancia a la lactosa como la alergia a la leche de vaca en un paso” y que es “adecuada desde el nacimiento hasta los seis meses de edad”. Este anuncio no proporciona otra información e incluye una fotografía de un bebé sano y feliz. Esta clase de publicidad, mientras que superficialmente está en consonancia con las recomendaciones de la OMS para la comercialización de formulas infantiles, de ninguna manera satisface el espíritu de estas recomendaciones –el lector no está informado de otras posibles enfermedades que pueden surgir debido al uso del producto, ni del estatus de seguridad no probado para formulas libres de lactosa para bebés humanos.
¿Por qué necesitan lactosa los bebés humanos?
 Proporciona el 40% de las necesidades de energía
 Facilita la absorción de calcio
 Facilita la absorción de hierro
 Reduce el riesgo de infecciones gastrointestinales
 Para el desarrollo y crecimiento sano del Sistema nervioso central
Deficiencias particulares de formulas infantiles de soya
 No contiene lactosa
 La soya es tan potencialmente alergénica como la leche de vaca
 Alto contenido de aluminio (31,32)
 Altos niveles de fitoestrógenos (33)
 Su seguridad no tiene bases sostenidas por investigación
No ha sido de ayuda para los médicos el que los fabricantes de formula hayan evitado mencionar estos y otros asuntos críticos relacionados con la alimentación artificial, promoviendo en su lugar una visión distorsionada e idealizada de sus productos en las mentes de muchos proveedores de cuidados en salud (29,30,34). De hecho, el uso de cualquier tipo de formula infantil debiera ser reconocido como en un estatus similar a la mayoría de los medicamentos –una causa automática de efectos colaterales a corto, mediano y largo plazo (35). En el país occidental con los más pobres índices de lactancia materna (índice de inicio no mayor del 26%), la Academia Americana de Pediatría ahora ha reconocido firmemente la importancia de la leche humana para bebés humanos y han planteado recomendaciones de que los bebés sean amamantados durante cuando menos el primer año de vida (36).
Se ha demostrado que los niños alimentados artificialmente tienen mayor riesgo de: (30,39,40)
Gastroenteritis
Colitis
Enfermedad celiaca
Enterocolitis necrosante
Enfermedad de Crohn
Enfermedades inflamatorias
Cólico
Anemia por deficiencia de hierro
Otitis media
Bronquitis
Neumonía
Diabetes insulino-dependiente
Leucemia aguda
Linfoma infantil
Síndrome de muerte súbita de cuna
del intestino
Estenosis pilórica
Deshidratación hipernatrémica
Respuesta disminuida a las vacunas
Alergia alimenticia
Intoxicación por aluminio
Dificultades en el aprendizaje
Muerte neonatal
Menor respuesta neurológica a los 4 meses
Menor desarrollo mental a los 18 meses
Menor escore cognitivo a los tres años
Ingresos hospitalarios
Meningitis
Autismo
Infecciones urinarios
Infecciones del aparato respiratorio superior
Caries dental
Defectos ortodóncicos
Con el aumento en la preocupación sobre los gastos en salud, el valor económico de los bebés amamantados a nuestra comunidad mundial necesita ser enfatizado. Solamente en Australia, es fácil demostrar que si nuestra meta nacional para el año 2000 fuera lograda –80% de bebés aun amamantados a los seis meses de edad (en lugar del 22% actual), se ahorrarían billones de dólares de nuestras cuentas de gastos en salud (37,38). Desafortunadamente, en lugar de esta comprensión del costo de la alimentación artificial para bebés, las percepciones australianas son de que las enfermedades como las infecciones de oído medio son una parte “normal” e inevitable de la infancia.
En conclusión:
La intolerancia a la lactosa en bebés amamantados no es tanto un problema con la lactosa en si misma, sino un problema con condiciones que impactan el metabolismo de la lactosa en el tracto gastrointestinal. Desafortunadamente, la terminología que se enfoca a la lactosa, naturalmente tiende a distraer a los médicos de los asuntos centrales que en realidad son responsables de los síntomas que se presentan.
No ha sido de ayuda a los clínicos el hecho de que los fabricantes multinacionales de alimentos infantiles no se hayan adherido a las recomendaciones de la OMS sobre la comercialización de sus productos, aun cuando estuvieron de acuerdo en hacerlo en Australia en 1992. Esto ha resultado en cierta cantidad de publicidad ofrecida a los agentes de salud disfrazada de información profesional la cual es cierta superficialmente, pero la cual también promueve impresiones y creencias erróneas en la comunidad profesional de salud. Esta situación ha contribuido al consejo profesional de destetar a bebés amamantados con síntomas de intolerancia a la lactosa.
En realidad no hay necesidad de destetar a los bebés debido a sobrecarga de lactosa en el tracto gastrointestinal. El mantenimiento de la lactancia materna beneficia principalmente a las madres y a sus bebés, pero tiene repercusiones económicas y en salud mucho más amplias para todos nosotros.

Referencias
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Traducción de Cathy Urroz Thompson
Líder de Liga de la Leche
IBCLC
Nota de la traductora:
Antes de sugerir el uso de biberones para administrar leche extraida, es recomendable orientar a la madre para utilizar taza o vasito de boca angosta, cucharita, jeringa (sin aguja) o gotero.
Cuando sea necesario eliminar lácteos de la dieta de la madre, se recomienda que también elimine la carne de res. (es la misma proteína).

Los mitos más descabellados que les han dicho a las mamis del grupo de dudas de lactancia...

LOS MITOS MÁS DESCABELLADOS
1. Unas gotas de limón a la leche de su bb para evitar cólicos
2. Sandía: pepino y lechuga, como alimentos frescos, *destemplan la leche* y se corta
3. Evitar que el bb tosa en el pecho porque luego duele
4. Los bbs que soplan en la bubi, taponean el pezón y después se hacen bolas que solo se quitan poniendo al bb al revés, o sea, bajo la axila como torta bajo el brazo
5. que el bb no eructe (en el pezón) porque se mete el aire (al pecho) y por eso es la mastitis
6. Después de los 4 meses ya no sale leche materna sino sangre. Se pone la LM en un vaso con el jugo de medio limón y se convierte en sangre
7.  La leche se seca tomando un vaso de la misma LM
8.  para que se corte la leche, hay que aventar un pañal sucio a la azotea
9. La LM no sirve, eso es (cosa) de los *cavernícolas*, no para una mujer moderna
10. A los 8 meses, el bb ya sabe lo que es bueno y es malo porque al ver el pecho lo ve con lujuria y saca la lengua como deseando a la madre (sexualmente)
11. la lactancia en tándem, ocasiona que se sequen los pulmones de la madre
12.  Dar pecho en un templo (católico) es pecado
13.. Si la mami come chile durante el embarazo, el bb nace con la piel como cocida (nota: no se aclara si la piel cocida es tipo hervida o cocinada)
14. Tomar agua mientras das pecho, seca la leche
15. Cuando una madre embarazada da pecho a bb mayor, cuando dé a luz, el mayor ya recibirá otra vez nutrientes porque a los 6 meses la leche es pura agua
16.  Hacer ejercicio seca la leche
17. los perros se ponen celosos del bb porque quieren la leche de la madre.
18.  Que se saque la leche para que bañe al marido y a los perros para que no se estuvieran celosos
19. Suegra quiere dar pecho a su bb porque así lo ha hecho con todos sus nietos para crear un vínculo
20.  Un bb varón solo debe ser amamantado hasta los 6 meses porque si su mami le da más, cuando sea adulto será mujeriego
21.  Si los pechos están muy llenos o inflamados, le quebran la *quijada* al bb por el peso
22. Hay que taparse la espalda para que no se seque la leche, porque la leche viene de los pulmones.
23. Para que se seque la leche, hay que mojar un trapo con la misma y ponerlo al sol
24. Si un bb lacta más de un año, se le pudren los dientes a la mamá
25.  Los dos alimentos que come la madre y se pudren adentro, son el aguacate y el chayote y pasan las toxinas al bb
26.  La madre no debe tomar agua mientras da pecho porque se asusta el bb
27. Los bbs varones toman leche materna que se forma en los pulmones. Las bbs niñas toman la que se produce directamente en el pecho
28. La lechita de la boca del bb, se limpia con toallita dando pequeños golpes o toquecitos porque si la limpias arrastrando, se empacha
29. Si la mamá come mientras da pecho, el bb se queda sordo
30.  Lavarse después de que come el bb porque la leche materna y la saliva agrietan los pezones
31.  Es perjudicial darle pecho al bb mientras come la mami porque éste se enferma de su pancita
32. Cuando los bbs regresan la lechita, es porque están engordando
33. Las madres que amamantan más de un año son depravadas porque lo hacen por placer sexual
34.  Dar pecho después del año es amasiato
35. No hay que bañarse en la cuarentena porque los vasos de la leche se cierran por el frío
36.  La LM cura el dolor de oído en cualquier persona.
37. Dar pecho es para gente pobre que no tiene ni para una lata de leche
38. Si una madre lactante se acuesta boca abajo en la playa, el sol en la espalda hace que la leche salga agria
39. Hay que agarrarse el pecho al amamantar porque se le cae la quijada al bb
40. El dermatólogo. Después de los 3 meses, la leche materna es agua con cebito
41. Si la madre come papa, sofoca al bb
42. Andar destapada de la espalda seca la leche, se necesita poner algodones en los oídos

Cómo funciona la producción de leche

¿Cómo funciona la producción de leche?
Por Kelly Bonyata, BS, IBCLC
Traducción: Paloma Lerma, LLLL, IBCLC
Para comprender como aumentar efectivamente (o disminuir) la producción de leche, necesitamos saber como funciona la producción láctea...
 Al principio...
Control Endocrino (Hormonal) de la Síntesis de Leche -- Lactogénesis I & II
La producción de leche no comienza como un proceso de oferta y demanda. Durante el embarazo y los primeros días después del parto, la producción láctea es determinada hormonalmente  - este se llama el sistema de control endocrino. Esencialmente, mientras las hormonas correspondientes estén presentes, la madre comenzará a producir calostro aproximadamente desde los 4 o 5 meses del embarazo (Lactogénesis I) y su volumen de leche aumentará alrededor de las 30-40  horas después del parto (Lactogénesis II).
Durante el último trimestre del embarazo, el seno está produciendo calostro, pero los altos niveles de progesterona inhiben la producción de leche y mantienen el volumen “bajo”. En el parto, la expulsión de la placenta tiene como consecuencia una caída repentina de los niveles de progesterona/estrógeno/ LHP (Lactógeno Placentario Humano). Está caída abrupta de la progesterona en presencia de altos niveles de prolactina ocasiona la Lactogénesis II (producción copiosa de leche). También están involucradas otras hormonas (insulina, tiroxina, cortisol), pero su papel no se conoce bien todavía. A pesar de que los marcadores bioquímicos indican que la Lactogénesis II comienza aproximadamente 30-40 horas después del parto, las madres en general, no sienten que sus senos estén llenos (con la sensación de que “la leche ha bajado”) hasta 50-73 horas (2-3 días) después del parto.
Estas dos etapas de la lactancia son  conducidas hormonalmente – ocurren independientemente de que la madre haya amamantado o no a su bebé.
Lactancia establecida...
Control Autocrino (Local) de la Síntesis de Leche -- Lactogénesis III
Después de la Lactogénesis II, hay un cambio hacia el sistema de control autocrino (o local). Esta etapa de mantenimiento de la producción láctea se llama también Lactogénesis III. En la etapa de mantenimiento, la síntesis de leche se controla dentro del seno – que la leche sea removida del seno es el primer mecanismo de control para su producción. La remoción de leche (vaciamiento del seno) está determinada por el apetito del bebé. Aunque los problemas hormonales pueden interferir con al abastecimiento de leche, los niveles hormonales juegan un papel muy pequeño cuando la lactancia está establecida. Bajo circunstancias normales, el seno seguirá produciendo leche indefinidamente mientras la leche continúe siendo removida de él.
Una vez que comprendemos como funciona el control local/autocrino de la síntesis de leche, podemos comprender mejor la manera de aumentar efectivamente (o disminuir) la producción de leche. 
¿Qué nos dicen las investigaciones actuales acerca de la producción de leche?
Las investigaciones actuales sugieren que hay dos factores que controlan la síntesis de leche:
La leche contiene una pequeña proteína del suero llamada Factor Inhibidor de la Lactancia (FIL) – el papel del FIL parece ser el de disminuir la síntesis de leche cuando el seno está lleno. La producción de leche entonces, disminuye cuando la leche se acumula en el seno (y hay una mayor cantidad de FIL), y aumenta cuando el seno está vacío (y por lo tanto hay menor presencia de FIL).
La hormona prolactina debe de estar presente para que ocurra la síntesis de leche. En las paredes de los lactocitos (las células productoras de leche de los alvéolos) hay  zonas receptoras de prolactina  que permiten que la prolactina circulante en la sangre entre y estimule  los componentes que sintetizan la leche. Cuando los alvéolos están llenos de leche, las paredes se expanden/estiran y alteran la forma de los receptores de prolactina y ésta no puede entonces entrar a través de ellos – entonces la tasa de síntesis láctea disminuye. Conforme los alvéolos se van vaciando de leche cada vez más receptores de prolactina van recuperando su forma normal permitiendo a la prolactina pasar a través de ellos. – aumentando entonces la tasa de de síntesis láctea. La teoría de los receptores de prolactina sugiere que la remoción frecuente de leche en las primeras semanas aumenta el número de zonas receptoras de prolactina. Más zonas receptoras significan más prolactina pasando a los lactocitos y por tanto un aumento en la capacidad de producción de leche.
Las investigaciones indican que el contenido de grasa de la leche está determinado también por la cantidad de leche que hay en el seno (menor cantidad de leche en el seno  = mayor cantidad de grasa en la leche), en lugar de variar de acuerdo a la hora del día o momento de la tetada.
Capacidad de almacenamiento: Otro factor que afecta la producción de leche y el manejo de la lactancia es la capacidad de almacenamiento de leche de la madre. La capacidad de almacenamiento es la cantidad de leche que el seno puede almacenar entre tetada y tetada. Esto puede variar de madre a madre e incluso entre un seno y otro de la misma madre. La capacidad de almacenamiento no está determinada por el tamaño de seno, sin embargo, el tamaño de seno puede limitar ciertamente la cantidad de leche que puede ser almacenada. Las mamás con  capacidades grandes o pequeñas pueden producir la cantidad de leche necesaria para su bebé. Una madre con una mayor capacidad de almacenamiento de leche puede dejar pasar más tiempo entre cada tetada sin impactar su producción láctea o el crecimiento de su bebé. Sin embargo, una madre con una menor capacidad de almacenamiento necesitará amamantar con más frecuencia para satisfacer el apetito de su bebé y mantener el abastecimiento de leche puesto que sus senos se llenarán más a menudo (disminuyendo la producción). 
! Piense en la capacidad de almacenamiento como si fuera una taza – usted puede beber fácilmente una gran cantidad de agua usando una taza de cualquier tamaño – pequeña, mediana o grande – pero si usa una pequeña, tendrá que rellenarla más veces.
  ¿Que nos dicen las investigaciones acerca de como aumentar la producción de leche?
La leche se esta produciendo todo el tiempo, y su velocidad de producción depende de cuan vacío esté el seno. La leche se junta en el seno materno entre las tetadas, por lo que la cantidad de leche almacenada es mayor cuanto más tiempo ha pasado desde que se amamanto la última vez. A mayor cantidad de leche en el seno, menor es la velocidad de producción láctea.
- Para aumentar la velocidad de síntesis de la leche y aumentar la producción diaria de leche, la clave es remover más leche del seno y hacerlo de manera rápida y frecuente, para que se acumule la menor cantidad posible de leche entre las tetadas: 
En la práctica, esto significa que la madre que desea aumentar su producción de leche deberá mantener sus senos lo más vacíos que se pueda  durante el día.
Para cumplir con esta meta y aumentar la producción de leche:
La madre debe vaciar los senos con mayor frecuencia (amamantando más seguido y/o extrayéndose la leche entre tetada y tetada) 
Vaciar el pecho lo más que se pueda en cada tetada o sesión de extracción.
 Para vaciar mejor los senos:
  • Asegúrese de que el bebé está mamando efectivamente.
  • Utilice masaje y compresión mamaria.
  • Ofrezca ambos lados en cada tetada; espere hasta que el bebé haya terminado el primer seno antes de ofrecerle el otro. Cambiar de seno a seno puede ser útil si el bebé no está vaciando el pecho bien. Pero asegurar que ambos pechos se vacían lo mejor posible.
  • Después de amamantarlo, extraer la leche manualmente o con bomba si el bebé no vacío los senos totalmente. La extracción es más efectiva si se realiza entre las tetadas (en aras de nuestro objetivo de mantener los senos lo más vacíos que se pueda).   
¿Está teniendo problemas por una sobreproducción?
Las madres que están tratando de remediar una sobreproducción con frecuencia necesitan disminuir el abastecimiento sin disminuir la frecuencia con la que amamantan a su bebé ni ablactarlos. Una manera de lograr esto es  “bloqueando la lactancia” – la mamá amamanta al bebé con la misma frecuencia de siempre pero restringe las tetadas a un solo seno durante un periodo de tiempo (a menudo de 3-4 horas pero a veces más) antes de cambiar de lado. De esa manera entre mayor sea la cantidad de leche acumulada en el seno que no se está utilizando menor será la producción, pero el bebé seguirá siendo amamantado sin limitar la frecuencia con la que lo hace. 

Referencias
Cox DB, Owens RA, Hartmann PE. Studies on Human Lactation: The Development of the Computerized Breast Measurement System. June 1998. Accessed May 28, 2004.

Cox DB, Owens RA, Hartmann PE. Blood and milk prolactin and the rate of milk synthesis in women. Exp Physiol. 1996 Nov;81(6):1007-20.

Cregan MD, Mitoulas LR, Hartmann PE.  Milk prolactin, feed volume and duration between feeds in women breastfeeding their full-term infants over a 24 h period. Exp Physiol. 2002 Mar;87(2):207-14.

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Hartmann PE, Owens RA, Cox DB, Kent JC. Breast development and control of milk synthesis. Tokyo, Japan: United Nations University Press; 1996 Dec. 17(4).

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Marasco L, Barger J. Cue Feeding: Wisdom and Science. Breastfeeding Abstracts. 1999 May;18(4):28-29

Mohrbacher N, Stock J. The Breastfeeding Answer Book. Third Revised Edition. Schaumburg, Illinois: La Leche League International; 2003. 16-23.

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Cuando el bebé no amamanta

FUENTE: LA LIGA DE LA LECHE

El rechazo de un bebé a mamar es un claro ejemplo de aversión oral. Una aversión se define como: “tendencia a evitar una cosa o una situación, en especial algo habitualmente placentero, porque se asocia o ha asociado a un estímulo desagradable”. La aversión oral en los lactantes puede definirse como una resistencia o dificultad para alimentarse del pecho, que va desde una leve desviación de los patrones normales de alimentación hasta un rechazo absoluto del pecho. El doctor Jack Newman, del Hospital para Niños de Toronto en Canadá, sugiere que lo que se llama comúnmente “confusión de pezones”, debería llamarse para más claridad “preferencia de pezones” y considerarse como una forma de aversión oral.
Bajo circunstancias normales, amamantar es una experiencia placentera tanto para la madre como para el niño. El investigador E.J. Mobbs afirma que “la boca es el mayor órgano sensitivo, y a través del cual el recién nacido tiene el mayor control” (Mobbs 1989). El bebé empieza a conocer a su madre y a comunicarse con ella por medio de la boca. Es la vía para la comida y el amor, para la comunicación y el bienestar. Esta sensibilidad es la razón por la cual un bebé se ve tan agudamente afectado por cualquier cosa que experimente a través de su boca. Si sufre daño en ella, especialmente antes de que se haya establecido una firme relación de amamantamiento, puede que responda rechazando el pecho. Y además de perderse la relación de lactancia, la globalidad de la relación entre madre y bebé puede verse trastornada, incluso después de que la aversión oral haya finalizado (Klaus 1976).
Cuando un bebé que ha tomado el pecho correctamente durante varias semanas o meses de repente empieza a rechazarlo, estamos ante lo que comúnmente se llama “huelga del lactante”. La causa puede ser obvia (como una respuesta sobresaltada de la madre si el bebé le muerde mientras amamanta) o dudosa. Ocasionalmente, una “huelga del lactante” puede indicar que la relación de amamantamiento ha sido difícil desde el principio.
Por lo general, los problemas de alimentación más comúnmente asociados a la aversión oral aparecen en el nacimiento o inmediatamente después. Un recién nacido que no quiere mamar primero debe ser examinado para descartar otras causas, tales como anomalías físicas o enfermedades, efecto prolongado de los medicamentos usados durante el parto, trauma del parto o técnicas de postura incorrectas a la hora de ponerle al pecho. Cuando un bebé sin problemas conocidos rechaza el pecho o tiene gran dificultad para mamar, a menudo se debe a experiencias vividas durante sus primeros instantes u horas de vida.
Factores de la aversión oral
Algunas de las intervenciones que pueden contribuir a la aversión oral son: aspiración de las vías respiratorias o digestivas del recién nacido; tubos de alimentación nasales u orales; uso inapropiado de tetinas o de métodos de alimentación con biberón; disposición incorrecta de los dedos en la boca del niño para alimentarle o comprobar cómo succiona e intentos agresivos de alterar la pauta de succión del bebé. Algunas de estas intervenciones pueden ser de gran utilidad, siempre y cuando se hagan suave y lentamente, prestando gran atención a las reacciones del niño.
Muchos profesionales de la salud consideran necesaria la aspiración de las vías respiratorias. En algunos lugares se realiza habitualmente la succión gástrica “para provocar el hambre, ya que el bebé no comerá hasta que esté hambriento, lo que no ocurrirá hasta que su estómago esté vacío”. Esta práctica se basa en la creencia de que la mucosidad presente en el estómago del niño suprime las ansias de alimento, impidiendo así una lactancia efectiva. Estas intervenciones pueden convertirse en prácticas estándares cuando los profesionales creen que evitan problemas y son inocuas. Desgraciadamente, estas intervenciones no son inocuas ni tampoco efectivas en la prevención de problemas.
El uso inapropiado de chupos de entretención o tetinas parece una causa clara de aversión oral hasta para el observador menos entendido. Introducir la tetina en la boca del niño sin esperar a que la abra puede avasallarle, y él se encuentra impotente para rechazar algo que se le introduce a la fuerza. Estimular una succión más rápida o fuerte rozando el labio superior con la tetina, girando el biberón y manteniéndolo en su boca a pesar de las muestras de estrés del bebé, son técnicas comunes que pueden resultar invasivas y avasalladoras para la delicada boca de un bebé.
A veces se usan sondas de alimentación en lugar de tetinas en un intento de evitar problemas de lactancia causados por una preferencia del pezón artificial. Sin embargo, si estos tubos de alimentación se usan de la forma anteriormente descrita, pueden causar igualmente problemas. También puede crearse aversión cuando se introducen los dedos en la boca del niño para evaluar la succión o con fines terapéuticos. Evaluar la succión puede aportar gran cantidad de información acerca de un bebé con problemas de alimentación siempre que lo hagan manos expertas. Puede ser un paso crucial para determinar cómo ayudar a un bebé que está teniendo dificultades a lactar. Algunos terapeutas enseñan varios “entrenamientos para la succión” mediante ejercicios para corregir problemas ya percibidos. Sin embargo, si se hace de forma incorrecta, tanto la atención asistida como el tratamiento pueden crear o empeorar los problemas. La primera cosa que se debe introducir en la boca de un bebé tras su nacimiento ha de ser el pecho de su madre.
Los profesionales de la salud enseñan varias técnicas para ayudar a iniciar o a alterar las técnicas de succión del bebé. A menudo, se les enseña a las madres a "atrapar" al bebé, empujando hacia abajo la barbilla y, cuando la boca está abierta, empujar desde atrás la cabeza del niño hasta que la boca abierta se encuentre sobre su pecho. Esta técnica forzada es bastante usual aunque no está respaldada por la literatura sobre la lactancia. Sin embargo, muchos bebés desarrollan crecientes signos de aversión oral con la práctica repetida de esta maniobra.
Si su bebé rechaza tomar el pecho porque lo percibe como desagradable, ¿qué hacer para restablecer una buena relación de lactancia? Es importante recordar que su bebé la quiere, tanto si toma el pecho como si no. Las actividades que fomentan una renovación de la relación física entre madre e hijo son cruciales. El contacto piel con piel, las técnicas de cuidados "canguro", llevar al niño en brazos, dormir juntos o bañarse juntos son formas de mejorar la experiencia placentera del contacto físico con la madre. Una vez que el bebé se encuentre cómodo, estará algo más dispuesto a volver al pecho. Lo cierto es que es posible retomar la lactancia.
El bebé debe volver amablemente al pecho, no de manera forzada. Una forma eficaz de disminuir el estrés asociado con la alimentación pueden ser métodos alternativos de alimentación, normalmente evitando el uso de pezones artificiales. Por ejemplo, alimentar con un vaso al bebé para permitirle descansar de la invasión oral. Por otra parte, las pezoneras pueden permitir al niño el paso gradual del biberón al pezón, proporcionándole cierta continuidad en la sensación y gusto de la tetina artificial mientras se adapta al pecho. En su obra “El último libro de respuestas sobre la lactancia”, el doctor Newman también recomienda presionar el pecho hacia afuera suavemente con toda la mano para aumentar la cantidad de leche que fluye hacia el niño y así animarle a mamar más.
Resolver un problema ya establecido puede resultar tarea corta y simple, o difícil y larga. Es de vital importancia que el bebé esté bien alimentado en todo momento para que tenga la energía suficiente para aprender a mamar. El pediatra ha ser un aliado en todo el proceso y estar al tanto del firme propósito de volver a amamantar.
Prevenir la aversión oral es más fácil que solucionarla una vez que ya está instaurada. Las madres pueden ayudar a asegurar la lactancia animando suavemente a sus bebés a tomar el pecho pronto y con frecuencia después del parto, e insistiendo en que cualquier intervención necesaria se realice sin brusquedad. Una madre que confía en sus instintos sobre qué es o no una interacción apropiada con su bebé, está en el buen camino para establecer la relación amorosa y placentera que la lactancia siempre debería ser.
Trucos para retomar la lactancia del bebé
  • Intente dar el pecho cuando el bebé esté adormecido o dormido, durante la noche o la siesta.
  • Varíe las posturas al darle el pecho. Algunos bebés rechazan tomar el pecho en una postura y no en otras.
  • Amamante en movimiento, por ejemplo caminando.
  • Amamante en un sitio tranquilo, con poca luz y libre de distracciones.
  • Dé a su bebé atención extra y contacto piel a piel que puede reconfortarlos a ambos.
  • Cuando le ofrezca el pecho, hágalo desnuda de la cintura para arriba y déjele a él sólo con el pañal cuando sea posible. Use una manta que los cubra a ambos si hace frío.
  • Utiliza un portabebé o cargador para llevar al niño muy cerca del seno, entre las tomas.
  • Tome baños calientes con él para calmarlo.
  • Duerman juntos para desarrollar más el acercamiento y tener más ocasiones de amamantar.
  • Adaptado de Cómo manejar una huelga del lactante, publicación de La Leche League International. Fue publicado en la revista New Beginnings de julio - agosto de 2001. Traducción Francine Chevalier y María Ángeles Fernández
    REFERENCIAS
  • Mobs., E. J. Human imprinting and breastfeeding: Are the textbooks deficient? Procedings, 16 Th Annual Society for Psychosomatic Aspects of Reproducitive Medicine, Polkobin, South Wales, March 1989.
  • Klaus, M. G. and J. H. Kennell. Maternal Infant Bonding, St Louis, MO: Mosby 1976.
  • Newman, J. and Pittman, T. The Ultimate Breastfeeding Book of Answers. Roseville, CA: Prima Publishing, 2001.
  • Ultima modificación realizada el 12 de febrero de 2008 por mmm

    Los niños y el derecho a la verdad

    Todo ser humano tiene la misma capacidad de comprensión desde el día de su concepción hasta el día de su muerte” dijo hace muchos años la pediatra y psicoanalista francesa Francoise Dolto. La comprensión no tiene que ser demostrada con una respuesta verbal. Que los niños pequeños no puedan utilizar el lenguaje verbal, no significa que no lo comprendan.
    Verdad externa
    ¿Por qué es necesario hablarles? Porque la verdad concreta dicha con palabras organiza el entendimiento de los niños y construye la estructura emocional sostenida por la lógica. Las palabras con sentido lógico son mediadoras entre los niños y el mundo.  A diferencia de las personas grandes, ellos no cuentan con el concepto abstracto de tiempo y espacio, por lo tanto las situaciones más banales tienen que ser anunciadas una y otra vez antes de que sucedan. Incluso a los niños un poco más grandes los podemos ayudar con referencias puntuales, por ejemplo “antes de comer va a suceder tal cosa, cuando vuelva papá de trabajar haremos tal otra”.
    Tomemos como ejemplo la comunicación entre adultos: Si mi pareja me anuncia: “esta noche regreso a las tres de la mañana”, me está informando sobre algo puntual, pero no es suficiente explicación lógica para mí, entonces no acepto que regrese tan tarde a casa porque no es costumbre dentro de nuestros acuerdos matrimoniales. En cambio si me especifica: “esta noche volveré a las tres de la mañana porque participaré en una cena de empresarios prevista para comenzar a medianoche”, cuento con suficiente información para organizar mi entendimiento, aunque no sea agradable para mí. Fundamentalmente comprendo de qué se trata.
    Es vital comunicar a los niños la verdad exterior con lujo de detalles, tratando de percibir el mundo desde los ojos de ese niño, porque cada momento es infinito, cada sensación es eterna. La magia de las palabras logra acercar el mundo sutil del niño pequeño y el mundo concreto de los adultos. Usemos las palabras, ya que traducen lo que pasa.
    Las madres permanecemos muchas horas a solas con los bebés. Es el período ideal para hablar previniendo a los bebés sobre todo lo que va a acontecer, por ejemplo: “ahora te voy a cambiar los pañales, tal vez sientas frío”, “vamos a salir a pasear y tengo que abrigarte”, o “vamos a ir juntos al supermercado, allí hay ruido, luces fuertes y demasiada
    gente”. Cada suceso por más banal que parezca, al ser anunciado, lo predispone y le otorga confianza hacia lo que va a acontecer.
    De esta manera las palabras con sentido lógico del adulto se convierten en mediadores entre el mundo externo y el interno. Hablar con los niños es sencillo, es igual que hablar con otro adulto.
    Verdad interna.
    El amor es el centro de nuestra vida. Y la verdad es el eje de la comunicación. De hecho “hablar con el corazón” es contar la verdad interior. La verdad interior transmite lo que me pasa, lo que siento, lo que deseo, lo que temo.
    Si somos capaces de mirarnos dentro sin prejuicios, si nos conectamos sencillamente con lo que nos sucede y si no lo valoramos como bueno o malo, entonces estaremos relacionándonos con nuestra verdad interior, que es la expresión del alma. Los adultos necesitamos comprender nuestros sentimientos para  amigamos con lo que nos pasa y atravesar cada situación con mayor entendimiento.
    Del mismo modo, los bebés y niños pequeños fusionados en la emoción de la madre, podrán comprender, organizar sus sensaciones y acompañar los sentimientos de su madre si saben de qué se trata. Esto es posible cuando la madre nombra lo que le pasa. Decir la verdad, toda la verdad del corazón, es hacerse cargo de lo propio para liberar al bebé de su angustia y su permanente obligación de manifestar lo que la madre siente pero todavía no ha expresado.
    Por ejemplo: Termina la baja maternal de una mujer quien debe regresar al trabajo. Organiza correctamente el cuidado de su bebé de tres meses. La noche previa al comienzo de su jornada laboral, el bebé sufre un espasmo respiratorio... ¿Acaso ha sido un acontecimiento imprevisible? No, es tan frecuente como la falta de reconocimiento de la angustia que provoca en una madre el hecho de dejar a su bebé tan pequeño durante tantas horas. El bebé siente la misma angustia y se hace cargo de manifestarla. 
    En este caso ¿qué significaría decir la verdad?: Decir la verdad al bebé es reconocer antes que nada esta situación ambivalente: “necesito o deseo trabajar, pero también me angustia y me atemoriza dejarte al cuidado de otra persona “.  O bien, “Quiero irme pero también sufro por dejarte”. Reconocer lo que nos pasa y comunicar lo que nos pasa, le permite al bebé comprender y organizar lo que nos sucede a ambos. De lo contrario el bebé se hace cargo de comunicarlo, él realiza la angustia a través de la manifestación del síntoma.
    En otras palabras, el bebé nos obliga a conectarnos con la verdad, porque de lo contrario la materializa, la “expresa” en el plano físico, o en otras palabras: somatiza.
    Facilitar los vínculos
    Puede resultarnos una pesada tarea estar dando explicaciones a los niños permanentemente, sin embargo resulta facilitador para los vínculos. Poco a poco convierte a los niños en seres que acompañan  con fluidez las decisiones y necesidades de los padres porque le encuentran sentido. Con el correr del tiempo las explicaciones serán  más cortas y precisas ya que el niño incorpora conceptos de tiempo y espacio. El bebé necesita cada día la palabra de la madre que medie en la ausencia o ante cada situación nueva. En cambio un niño de tres años y medio que  maneja con soltura el lenguaje verbal, “ya sabe” que cuando la madre dice “me voy a trabajar” tiene todo el sentido que le ha venido dando con muchas palabras llenas de significado durante esos tres años.
    En busca de la propia verdad
    La verdad siempre va precedida de la palabra “yo”. Porque la verdad es personal, responde a lo que me pasa, lo que siento, lo que deseo. No es una opinión, ni está supeditada a lo correcto o incorrecto.
    Los niños están tan cerca de nuestro corazón, tan unidos a la verdad íntima, que se convierten en traductores exactos. Vale la pena prestarles atención, o al menos hacernos las preguntas pertinentes. Sólo sabiendo qué es lo que nos pasa, estaremos en condiciones de narrar nuestra verdad a nuestros hijos.
    La verdad y la intimidad
    La verdad siempre hace referencia a nuestra intimidad, es decir al interior de nuestro mundo emocional. Es la instancia que desnuda las emociones: el amor, el rechazo, el miedo, la alegría, la nobleza, la pasión, la rabia, la angustia, el dolor, la esperanza. La intimidad no se refiere a las prácticas sexuales, ni a la vida cotidiana como el hecho de trabajar, estudiar, comer, dormir, pasear o relacionarse con otros.
    ¿Pero qué tienen que ver los niños con nuestras íntimas verdades? Comprenderemos la profunda relación entre los pequeños y los adultos, si tomamos en cuenta que los niños pequeños son seres fusionales, es decir que viven dentro del mundo emocional de las personas que los crían. Cuando son muy pequeños, viven fusionados a la emocionalidad de la madre o de la persona maternante, y en la medida que van creciendo y van entrando en relación con otras personas (padre, hermanos, abuelos, maestras, amigos) se fusionan
    también con los mundos emocionales de los demás. Es decir, que indefectiblemente hacen parte del territorio afectivo de quienes los rodean. 
    La verdad es liberadora y aporta confianza
    Por eso, aquello que nos sucede, les pertenece. También les pertenece lo que nos ha sucedido en el pasado, porque para nuestra organización emocional, el tiempo no existe. Si hemos experimentado situaciones dolorosas incluso durante nuestra infancia, hoy en día vibran aún en nuestro interior. Y es eso, justamente eso, lo que el niño vive como propio. Así las cosas, el niño merece comprender eso que siente como una evidencia. Nuestras palabras no van a traerle ninguna noticia reveladora, simplemente van a confirmar lo que el niño ya sabía. Y eso es increíblemente liberador, además de aportarle mucha confianza; porque el niño constata que lo que siente y lo que los adultos nombran, coincide. Comprendamos que el niño está completamente involucrado en nuestra vida personal, por lo tanto, no podemos tratarlo cono si fuera un extraño. El niño tiene derecho a saber al menos, lo que nosotros mismos hemos logrado comprender.

    Laura Gutman